La risa de Cecy

- Cuéntame el chiste que tanto me gusta...., me pide
- Pero si es muy malo. Es un chiste malísimo y sin gracia, le respondo.
- Anda, cuéntamelo, por fa...
- Bueeno, ahí te va: "cariño, cariño, dime algo con amor", le dice la mujer, y responde el marido: "¡Amorfa!".
(Cecy, riéndose a más no poder)
- Y ahora la continuación...cuéntame la continuación, me pide nuevamente
- Bueno, ahí va: "Cariño, cariño, dime algo bonito", le dice la mujer, y el marido responde: "Me cago en to tu puta madre". "¡Noooooo....eso no, algo dulce!", insiste la mujer, y el marido responde, "Ok. Me cago en to tu puta madre en almíbar".
(Cecy sigue riéndose sin parar).

Hoy nos ocurrió lo mismo. Le conté los tradicionales chistes de mi infancia, esos que contaba a todo el mundo, incluso cuando mi hermano o mi padre empezaban a contar sus chistes verdes porque quería yo también ser gracioso:
- Ahí te va, Cecy: "Un hombre llega a una tienda y le dice al tendero: '¿Me das un bote de mayonesa?" "¿Kraft?", pregunta el tendero, y responde el hombre: "joder, ya se rompió, dame otro, por fa".
(Cecy se ríe a carcajadas).
- "El mismo hombre entra a otra tienda y le pide al tendero: 'Quiero colgate', y el tendero responde: 'Y yo escupite y matate'".
(Cecy no deja de reir).
- ¡Qué padre, tienes chistes nuevos. Por fin!
Yo sonrío y recuerdo un buen número de veces que conté esos chistes hace años y se me quedaron grabados en la mente.

Me gusta que Cecy se ría. Me da mucha fuerza interna, aunque sea con chistes que repito una y otra vez. Tengo que renovarme para hacer que se siga riendo...