La búsqueda de piso con Laura

Laura es una amiga de universidad con quien compartí piso un año en Madrid. En nuestra búsqueda de piso encontramos cosas alucinantes que nada tienen que envidiar (y eso que no lo he visto) a cualquier cuchitril del poblado más perdido de Mozambique o Madagascar (con todo respeto a esos países).
Uno de los pisos, perfecto por su ubicación a escasos minutos de la universidad, no tenía ventanas en los dos cuartos que tenía. No había ventilación por ningún lado. Era un zulo moderno, con cama y armario...pero manteniendo la esencia del zulo, es decir, sin ventanas y sin ventilación. Pensamos dibujar una pintura en la pared, gaviotas, el mar o qué se yo, antes de que decidiéramos que, siendo ambos del sur (uno nacido y otra adoptada y requeteadoptada por el sur) necesitábamos iluminación natural.
En otra de las casas, muy cerca de la parada de metro de Callao, visitamos un ático con dos cuartos. Uno de ellos nos sorprendió con lo bonito que estaba, pero en el otro, lo juro, no cabía el colchón de una cama individual en posición horizontal. Además, la cocina estaba al ladito del baño o viceversa y no había puerta, sino una cortinilla que separaba un lugar de otro. Además, al lado de la cortinilla estaban los fogones...ya me imaginaba yo, duchándome con toas las nalgas fuera (dentro de la cortinilla) y Laura desayunando o cocinando algo...terrible...
Esos no fueron los peores lugares. Había cosas realmente increíbles (por lo inhumanas que eran) a precios desorbitados.
En fin, gracias a Dios, a mi familia no les va mal la situación a pesar de la crisis y yo me alegro mucho.
Como decía el sabio Juan Ramón, todo tiene su tiempo y su lugar, tiempo al tiempo, al final todo queda en su sitio....no os preocupeis, mamá y papá...