Acapulco. Hace unas semanas. El buen compañero Hipólito Pacheco, de Interior del Estado, cubre un evento médico, auspiciado por Bayer, para el periódico. En el lugar, cientos de personas cenan, entre ellos más de 40 periodistas y, también entre ellos, nuestro buen Hipólito, quien como agudo periodista captó un momento único, los minutos de gloria de uno de los organizadores del evento. El vídeo muestra el culmen de una noche de éxtasis árabe rebosante de la belleza de una bailarina que rompería la cintura de la mismísima Shakira. Libreta a un lado, pluma al otro, pero sentido periodístico siempre en la mente, Hipólito desenfundó su cámara y su dedo índice (o pulgar, no sé) y no tembló cuando vio prepararse en el escenario a la estrella de la noche, un espigado y escurrido chavo en cuyos ojos (me gustaría imaginar) ya venía escrita la leyenda: "Esta noche es mía, aquí mando yo..."... La chava...viendo el espectáculo...hizo una especie de mutis por el foro e ignoró durante un buen rato al galán (hasta que éste decidió irse), quien con sus finos y estudiados movimientos trataba de mostrarle la verdadera esencia del baile marroquí por excelencia...Pasen y vean...
12 nov 2008
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2 comments:
Esto cambia mi perspectiva sobre las limitaciones masculinas en el baile....
Pero bueno, sumando ya los motivos de salud... este es otro por los cuales yo y el alcohol estamos peleados a muerte.
Ahora si que "que pena con Godínes" pero aún no decido por por quien debo sentir más pena ajena, si por el bailarín frustrado, por la chica semiacosada o por el público que se debió chutar tooooodo el espectáculo
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