5 nov 2008

Preparando el viaje familiar

Se acerca el momento en que viajaré con Cecy a mi tierra a visitar a mi familia, mis papás, mi hermano, mis sobrinos, mi abuela, tíos, primos...etc.

Cada vez que se acerca este momento mi cuerpo reacciona de una forma similar: me pongo nervioso, sensible, ansioso, me da insomnio, me duele la cabeza más seguido e incluso me enfermo del estómago o me da fiebre. Me impresiona que mi cuerpo reaccione así. Supongo que será porque durante el resto del año trato de no pensar en lo lejos que estoy, en que quiero regresar y abrazar a todos y volver a sentirme como siempre me sentí.

Pero es gracioso. No sólo me ocurre cuando voy a visitar a mi familia. También me pasó cuando me iba a casar. Dos semanas antes me dio gastroenteritis y me ingresaron tres días en el hospital. Salí bien y, lo mejor, adelgacé para que me encajara bien el traje. Pero dos días antes de la boda me entró una tos pesada que terminó el día después de casarme, es más, diría que la mañana siguiente de la noche de bodas..¿por qué será? Quizás era una señal divina para comunicarme que era mejor no casarme....o quizás era la señal divina que indicaba que esa era mi última tos de soltero (ahora suena diferente)...o como dice Cecy...porque ella fue la cura para todos mis males..(mmm)

Otro día hablaré de mi boda, especialmente con la visita de mi familia...pero hoy quería hablar de mi cuerpo, de cómo reacciona. Desde hace unos días, por ejemplo, me vienen a la cabeza muchos recuerdos y cada cosa que hago la relaciono con algo de mi tierra.

Días antes del penúltimo viaje, Cecy y yo salíamos del cine de la Plaza de las Américas. Íbamos sólos por el centro comercial. Era de noche y fuimos los últimos en salir. Al doblar una esquina dentro de la plaza frené en seco y me puse a oler....Juro que olía a casa de mi abuela Juana, quien falleció unos meses antes. Olía a ella, al lugar donde guardaba los juguetes, a su cocina, a su pasillo y los cuartos del fondo del mismo. Un olor a años corriendo. Pensé en ella y en que apareció ahí de repente, para que yo oliera lo que durante tantos años olí... Cecy me lo dijo. Ella lo cree, yo le creo.

Hoy mi hermano me escribió un comentario a un post y me acordé de algunas cosas que viví con él. Una vez, por ejemplo, mi papá me regaló un llavero acolchadito de Pachá, una de las discotecas legendarias que nadie en la historia olvidará. Yo estaba emocionado con mi llavero, pero un día en la tarde, cuando estaba en la antigua EGB cometí el mayor sacrilegio que pude hacer: jugar al ordenador (un MSX comprado por mi hermano, de esos ordenadores que tardaban 30 minutos para que cargara un juego y lo hacía mientras tú rezabas para que la cinta no se parara o se bloqueara).....pero con mi hermano en la casa. Si ya era pecado jugar, el sacrilegio era hacerlo con mi hermano en otro cuarto. Mis papás nos prohibían jugar entre semana porque había que estudiar, pero yo rompí las reglas divinas de la casa y jugué...no mucho, pero jugué.

Mi hermano me pilló in fraganti, con las manos en la masa y fiel a su carácter y a su ociosidad en aquel entonces...fiel a sus pocos sentimientos en aquella época me ofreció un trato: "me das tu llavero de Pachá y bajas la basura durante una semana y listo, no digo nada". Lógicamente, la ira de mis papás podía más que su chantaje y accedí, con alguna lagrimilla por delante, pero accedí.

Esa misma noche le tocaba a mi hermano bajar la basura, pero dije rápidamente: "yo la bajo". Mi papá me miró extrañado, como diciendo, "mi hijo ya empieza a fumar marihuana o alguna cosa de esas". Miró a mi hermano y lo vió dando vueltas al llavero con su dedo índice...ese llavero por el que yo moría. "¿Y ese llavero?", preguntó astuto mi papá. "Me lo regaló, Javier", contestó el "sin sentimientos". Yo empecé, fiel a mi estilo, a llorar desconsoladamente y mi papá que no es tonto adivinó todo y no recuerdo si nos castigó a los dos, o a mí o qué onda, pero nunca se me olvidó esa escena...

Como esta tengo algunas historias en las que mi hermano está involucrado. Es un tío digno de admirar. De hecho lo admiro por muchas cosas a las que me he querido parecer. Hemos tenido nuestros más y nuestros menos, pero siempre hemos estado unidos gracias a la educación y las ganas de nuestros papás. Nos llevamos muy bien (gracias a mi paciencia, claro, jajajaja) y está muy presente en mi mente todos los días. Hoy siento, a pesar de lo diferentes (algo buenísimo), que somos una extensión el uno del otro y estamos en este mundo para complementarnos, para no quedarnos solos y apoyarnos entendiendo que todo lo pasado es aprendizaje...

4 comments:

chuikov dijo...

yo también te quiero. pero joder qué memoria tienes. los torturadores siempre hemos andado peor de neuronas

Habitante dijo...

Tengo más historias...los torturados nunca olvidan...que se lo pregunten a los de Guantánamo...

chuikov dijo...

tampoco hace falta airear los trapos sucios, joder. además habrá gente que lee mi blog que también lea el tuyo. ¿tú sabes lo que me está costando crearme una fama de tío divertido, culto y sin fisuras?

Habitante dijo...

Joder, eres culto e inteligente. Lo de "sin fisuras" no opino, jajaja. Pero no te preocupes, seré más sutil..jeje