"En Chávez he encontrado a un hermano que lucha por la paz de Colombia y que comparte el mismo amor y cariño que yo siento por esta tierra", dijo Ingrid Betancourt (seguro después de tomarse 10 copas de vino, ocho vodkas, tres chupitos de tequila, otros tres de ron con granadina y dos kilos de mariguana)a Chávez en su palacio de Miraflores. Chávez, (completamente fumado, seguro) le sonreía y le contaba cosas de sus continuos asaltos y engaños al poder, a la "falsa democracia" que defiende como verdadera y a los venezolanos y, por qué no, a medio mundo.
Con todo respeto a quienes estén a favor de esta singular mujer, si ya me caía mal hasta ahora, desde hoy me cae peor. Juntarse con Chávez demuestra lo bajo que caen algunos políticos o ex políticos cuando quieren lograr ciertos intereses personales para superarse. De Chávez mejor ni hablo. Es absurdo hablar de eso. Punto y aparte.
Lo bueno es que eso no pasa en México, ni en ningún otro país del mundo, ¿verdad?
10 dic 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comments:
Publicar un comentario